IoT permite controlar la calidad del aire interior de los gimnasios

Es bien sabido que los gimnasios presentan concentraciones elevadas de dióxido de carbono, monóxido de carbono, formaldehído y, como es lógico, mucho polvo en suspensión. Si hay un lugar en el que resulta útil controlar la calidad del aire interior, es sin duda en los gimnasios y otros centros de actividades físicas.

Es fácil especular con que las emisiones humanas son la mayor fuente de contaminación atmosférica relacionada con el ejercicio físico, pero se olvida que hay muchas otras sustancias químicas mezcladas en el aire. Cuando una persona hace ejercicio intenso, su cuerpo libera aminoácidos del sudor y acetona de la respiración y el jadeo. Se ha demostrado que una persona que hace ejercicio emite tantas sustancias químicas como cinco personas en reposo. Por no hablar de las profundas respiraciones jadeantes después de una sesión de HIIT o aeróbic, que arrojan cantidades masivas de dióxido de carbono en una cámara de entrenamiento confinada. Nuestra mayor esperanza es que todos los gimnasios tengan purificadores de aire eficientes y una ventilación adecuada.

Además de las emisiones humanas, una fuente quizá mayor de contaminación atmosférica procede de los productos de limpieza a base de cloro. Aunque hacen un trabajo increíble matando bacterias y virus, siempre encuentran la forma de filtrarse en el aire circundante. Un anónimo propietario de un gimnasio lo calificó una vez de "cóctel químico" antes de tomar precauciones de seguridad controlando la calidad del aire interior para favorecer la renovación del aire y la seguridad de los espacios de entrenamiento. Un concepto erróneo común es que una vez que se limpia la máquina después de su uso, cualquier bacteria restante está muerta y ha desaparecido, esto es falso. Cuando entra la siguiente persona que utiliza dicha máquina, vertida en su sudor, las emisiones corporales se mezclan muy a menudo con los productos químicos de limpieza, e imagínese que esto ocurre durante todo el día, todos los días de la semana.

¿Cómo mitigamos los contaminantes nocivos?

En primer lugar, los métodos asequibles de mitigación deberían consistir en medir la calidad del aire interior a través de los niveles de partículas de CO2 por millón, ya que se suele considerar un punto de referencia para muchos contaminantes, especialmente los transportados por el aire que pueden encontrarse en los gimnasios. La medición ayuda a la automatización indicando cuándo los niveles de CO2 superan los niveles preocupantes.

Por ejemplo, a muchos propietarios de gimnasios les puede resultar útil saber que los niveles de partículas son más elevados durante las horas punta y de limpieza. Con esta información, pueden instalar sensores en todos sus espacios para saber exactamente cuándo y dónde son más altos. Otro ejemplo podría ser la instalación de taquillas cerradas junto a la entrada para reducir el riesgo de que las partículas de polvo y otros posibles compuestos nocivos se mezclen con el "cóctel químico" de partículas en el aire.

Lo ideal es fregar los gimnasios para humedecer las partículas o aspirarlos con aspiradoras equipadas con filtros HEPA que hacen pasar el aire a través de una fina malla de fibra de vidrio donde quedan atrapadas las partículas, el polvo y las esporas de moho.

La recopilación de datos se ha hecho increíblemente fácil y libre de presencia física, ya que los datos son accesibles a través de una gran cantidad de plataformas de software(FoxerIoT es una de las muchas). Invertir en soluciones IoT puede mejorar drásticamente la reputación de limpieza y reducir posibles costes perjudiciales, al tiempo que se convierte en un espacio más seguro y saludable para todos. El uso de soluciones IoT para la calidad del aire interior en gimnasios y otros centros de actividad física no es un descubrimiento revolucionario, pero sin duda es algo de lo que no se habla lo suficiente.